Colgamos en PDF el número 158 de la revista de flamenco CANDIL.
El Sumario está compuesto por los siguientes textos:Editorial
Presencia y esencia del Flamenco en Mairena del Alcor
(Francisco Javier Sicardo Mauri)
A mi admirado Pencho (Luis Soler Guevara)
Salvador Rueda y el Flamenco (Juan Antonio Ibáñez y Rafael Valera)
La Malagueña. Expresión y formas (Luis Soler Guevara)
Congreso sobre “La Niña de los Peines”. Discurso inaugural
(Juan M. Suárez Japón)
Presentación Bibliográfica en la Bienal Malagueña. El Café de la Loba, los cafés
cantantes y las Ventas de la Caleta de
Málaga. Una aproximación a su historia y
su ambiente.
(Autores, Eusebio Rioja y David Zaafra.
Juan Antonio Ibañez)
Texto del Editorial.
La Niña de los Peines
Era de justicia que la administración autonómica -¿y la central?- se interesara por establecer en el lugar adecuado al arte flamenco, en una primera instancia, a través de la singularidad de la de los Peines. Ya puso la primera piedra a finales del siglo XX con el reconocimiento de su jonda y melismática voz como Bien de Interés Cultural, y la edición en doce discos compactos de las doscientas cincuenta y ocho grabaciones catalogadas y organizadas que a lo largo de su trayectoria flamenca Pastora grabó. El pasado mes de noviembre se celebró en la Cartuja de Sevilla un congreso sobre la personalidad, musicalidad y creatividad de Pastora Pavón Cruz “Niña de los Peines”. La iniciativa ha partido de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con el fin de redondear el reconocimiento de la eminente cantaora como la más completa de la historia flamenca por todas sus virtudes artísticas.
Pensamos que este debe de ser el comienzo de una ardua tarea para darle a nuestro arte el lugar adecuado, el que se merece por ser Patrimonio Oral de la Humanidad –y en eso igualmente están trabajando los dos administraciones-, aunque la UNESCO haya considerado en su última reunión del pasado mes de noviembre, que el flamenco goza de la suficiente fuerza y enjundia para defenderse en solitario y sin necesidad de apoyos oficiales internacionales. Lo último tiene ciertos visos de realidad, ya que fuera de nuestra frontera autonómica, esta universal cultura musical está considerada como la que define a un pueblo, y si me apuran a una nación, por todas las garantías que ofrecen la calidad y singularidad de sus artistas. Sin embargo hemos de insistir en el trabajo a desarrollar para lograr el mejor fin para el flamenco. A la celebración de congresos como el citado, en el que han participado reconocidos investigadores y expertos en la materia como Luis Soler, Manuel Martín, Antonio Reina, Manuel Ríos Ruiz, Juan Manuel Suárez Japón o Félix Grande, se deben de sumar iniciativas en las que se contemplen la creación de aforos adecuados para albergar dignamente las coreografías y espectáculos flamencos, en pueblos de nuestra Andalucía que tengan el suficiente número de habitantes para que la inversión sea productiva en el conocimiento y promoción del flamenco.
Si existen plazas de toros en los mismos ¿por qué no teatros? Si a finales del 2000 se invertía, creemos recordar que dos mil millones de pesetas en música clásica –incluido el mantenimiento de las cuatro orquestas sinfónicas andaluzas-, ¿por qué no intentar algo similar con el flamenco? Pastora Pavón Cruz “Niña de los Peines” ha recibido en su Congreso una vez más los reconocimientos merecidos, los elogios a una trayectoria musical inigualable, y lo que es más importante, se ha consensuado por parte de los expertos y estudiosos de nuestra universal música, que La Niña de los Peines marcó un hito musical en la historia del flamenco.
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