El
pasado día
31 de octubre de 2019 tuvo lugar la presentación del número 161 de la
revista de flamenco CANDIL editada por la Diputación Provincial en
colaboración con la Peña Flamenca de Jaén, contando con la
presencia del Presidente de la Diputación Provincial de Jaén,
Francisco Reyes Martínez, Alcalde de Jaén, de Alfonso Ibáñez
Sánchez, director y presidente de la Peña Flamenca de Jaén y de
Juan Antonio Ibáñez, periodista
y flamencólogo.
En
su intervención, Juan Antonio Ibáñez, habló de los contenidos de
la Revista CANDIL, en su nº 161:
Se
dice que Manuel
Ángeles Ortiz,
nuestro paisano, nuestro pintor de Jaén, construía sus lienzos, su
pintura, con ritmos de solea y en consonancia poética con Lorca.
Y
si me lo permiten, añadiría: cierta y hermosa es la palabra, cuando
con los pinceles de la luz y en duelo de colores y silencios se
describe la belleza de una obra. Hermosa pues, también, la palabra
escrita.
Tengo
en mis manos la Revista nº 161 de Candil, en su nueva época,
gracias al Convenio de Colaboración, suscrito por la Peña Flamenca
de Jaén y la Diputación Provincial jienense.
Y
en su editorial se escribe : “ De acuerdo al relato que todo
acontecer requiere, tenemos la obligación de trasladar, a través de
estas páginas, hechos y sueños que, creemos, forman parte así
mismo de los lectores y seguidores de Candil “
Más
adelante les sigo leyendo: El número 161 de Candil, aparece con toda
una selección de trabajos; con los colaboradores habituales y otros
nuevos, en un paso adelante de visión, investigación y análisis de
la realidad flamenca. Si olvidar su historia. La que fue, es y será.
Hecho
el correspondiente prólogo y con su permiso, abramos y conozcamos el
contenido del Nº 161, ya en su nueva época.
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Portada de Candil 161 |
La
portada – homenaje a Paco de Lucía – es original de José
Olivares, artista
de raíz jaenera que ha visitado, para llenar sus lienzos, todos los
paisajes de la geografía del Santo Reino.
Y
aparte de situarnos en ellos, -en esos paisajes-, nos ha regalado,
con su Arte, toda una galería de figuras del mundo flamenco que
engalanan nuestro universo, a modo de invisible soneto de una
selección de cantes por cabales.
Y
junto a esta portada y el editorial ya referenciado, nuestros
colaboradores traen a estas páginas – en variedad de temas –
unos muy interesantes trabajos a tener en cuenta. Se conforma así
un conjunto de opiniones, estudios y crítica. Versatilidad,
conocimiento y capacidad de comunicación convergen en cada escrito o
trabajo que, por mi parte trataremos de sintetizar.
El
27, con recuerdo pues para la Generación del mismo nombre, es objeto
de búsqueda informativa por un significado colaborador, Antonio
Hernández, poeta y
novelista, premio nacional de poesía y medalla de oro de Andalucía
que nos hace una singular e interesante narrativa para situar
históricamente a las mujeres de la generación antes mencionada.
Mujeres del cante, el toque y el baile. Nombres como Lola Flores,
Carmen Amaya, Fernanda y Bernarda de Utrera, Pastora Pavón “Niña
de los Peines”, Pastora Imperio, La Argentinita, La Andonda. Vengo
a decir esta relación de mujeres - ARTE de flamencas de bien para
enumerar y clarificar, sus formas, maneras y entrega cantaora o
bailaora.
Manuel
Martín Martin,
prestigiado y veterano colaborador de nuestra revista, entre sus
múltiples facetas, y señalado el crítico de flamenco más
experto de este tiempo, aborda y publica en este número, la vida de
Vicente Soto, el cantaor culto del flamenco contemporáneo.
El
crítico, escritor y también miembro de la Cátedra de Flamencología
de Cádiz nos hace un recorrido histórico, donde queda reflejado el
acontecer de toda una dinastía, tanto humana como profesional,
aportando los datos necesarios y precisos como para comprender el
título del Artículo, motivo de nuestra atención y que aquí
tratamos.
Al
ser, el que les habla, el autor del siguiente estudio o trabajo, que
hemos convenido en llamar “Del Renacimiento Flamenco y sus
cantaores” me van a permitir exponer solo dos breves párrafos que
pudieran reflejar cuanto hemos querido desarrollar en un paralelismo,
entre el Renacimiento como movimiento aparecido en el siglo XV y el
flamenco, nuestro arte flamenco, en su revitalización a mediados del
siglo pasado
Así
se diría que El Renacimiento, movimiento no solo cultural, retoma
los valores de la antigüedad, en un proceso renovador pero basándose
en el orden clásico. En el flamenco, encontramos signos
coincidentes. Por ejemplo: en el cante, en la mitad del siglo XX, se
intenta que vuelva a sus raíces, a su esencia primera, a su pureza.
Por
otra parte, el RENACIMIENTO se define como movimiento vital.
Movimiento de vida.
Y
El
FLAMENCO, se dice, es un modo de ser.
Luis
Soler Guevara, de
quien tanto hemos aprendido, nos llega, en esta ocasión, con un
ciclo especial otorgado al gran Paco de Lucía, del que según su
criterio “los monjes sagrados de la guitarra flamenca, como
Sabicas, Niño Ricardo, Melchor de Marchena y Sanlucar, solo se
limitaron a decir de Paco, al igual que de Silverio dijeron ¡Qué
bárbaro, qué bárbaro!
Y
ya en su decir, enfatiza Luis, “Nunca un guitarrista flamenco
consiguió abrir tantos caminos con otras culturas musicales como el
de Lucía”.
El
recorrido del discurso de Luis, amplía conceptos y opiniones que dan
la clave de la grandeza del guitarrista algecireño y de su ciclo,
tal y como señala Soler Guevara que escribe, “La guitarra más que
el cante ha sido la causante fundamental de las más importantes
modificaciones y avances del cante flamenco”.
No
quisiéramos excedernos en tiempo y en la exposición de contenidos
de la publicación que hoy se presenta a uds.
Luego,
sigamos recorriendo y comentando lo que CANDIL nos dice en su número
161.
Y
es Ramón Porras
González, que
fuera su primer director, quien escribe unas reflexiones sobre la
evolución del Cante Flamenco.
Su
lectura, ya de por sí, atrae vivamente. Sabemos y hemos constatado
el conocimiento de Porras González que ya en los años finales de
los sesenta, principios de los 70, junto a un grupo de aficionados,
creadores de La Peña Flamenca de Jaén; y apadrinados, por
escritores de la talla de Fernando Quiñones, Caballero Bonald, Félix
Grande, Ricardo Molina y cantaores como Antonio Mairena, Fosforito,
Lebrijano, Tía Anica la Piriñaca, Rafael Romero, El Gallina,
reiniciaron el debate que ya existía y prosigue todavía, sobre la
evolución del cante; y me pregunto, ¿habrá que incluir la palabra
revolución, habida cuenta de todo el deambular artístico que
ofrece el actual panorama de la música en general?.
Queden
las reflexiones siguientes a debate, a ser posible desde las páginas
de CANDIL.
Tras
el recuerdo a los amigos de la Peña Flamenca de Jaén que ya no
están, y que tanto lucharon por la dignificación del flamenco en
palabras impresas por Pedro Sánchez Ortega, nuestro compañero y
amigo, vuelve a la revista flamenca, con interés centrado en las
letras con las que la política se ha referido a diversos
acontecimientos históricos.
El
testimonio de letras políticas más antiguo que se conoce data de
1907. Y cantaores conocidos que hicieron algunas grabaciones al
respecto fueron El Mochuelo, el Chato de las ventas, Guerrita y
Corruco de Algeciras.
Nos
recuerda el autor y colaborador,
Isidoro Pérez, que
la historia del Flamenco se ha venido recogiendo a lo largo del
tiempo, a través de numerosas obras y autores y que la historia de
la guitarra, de igual manera, ha sido objeto de multitud de trabajos
de investigación, por lo que, gracias a ellos, sabemos que la
guitarra que conocemos hoy, es fruto de una evolución de otros
instrumentos de distinto origen.
Y
la oferta musical que trae hoy CANDIL, hace referencia a tres obras
maestras de la guitarra flamenca.
De
clara y elegante afirmación musical, Rafael Riqueni, nos presenta De
la Vera, una obra
maestra de calidad interpretativa y calidez espiritual.
Qué
decir de Paco de Lucía, de nuestro Paco de Lucía:
“No
me duele la muerte, Paco. Me dueles tú. Tus ojos de pálida guitarra
dormida. Me duelen esos dedos o pinceles que Falla admiraría y con
los que ya no podrás pintar, nunca más, ese ilustre compás.
Maestro y creador de formas y expresiones de un Arte tan universal y
tan nuestro”.
Y
Oración, de
uno de los más grandes guitarristas que ha dado la historia del
flamenco tanto desde un punto de vista interpretativo como en
composición: Manolo Sanlúcar.
En
el año 1935 y fechado en Madrid, concretamente en el Pasaje de la
Alhambra, aparece un libro, ARTE Y ARTISTAS FLAMENCOS, cuyo autor es
Fernando de Triana, cantaor que fuera, artista y profundo conocedor
del Flamenco; ya en sus páginas 271 y siguientes, se puede anotar la
presencia de la Cantaora África Vázquez, la primera cantaora
profesional del cante granadino del siglo XIX.
Ahora
en CANDIL gracias al trabajo del profesor, académico e
investigador, Antonio
Conde, sabemos que
África Vázquez nació en 1864-65.Y es cantaora a la que se
atribuye un estilo de fandango sobre la que pesa la influencia
fundamental para que D. Antonio Chacón creara su granaina.
Otro
apunte: la vida artística de África Vázquez transcurre actuando en
teatros y cafés cantantes, iniciándose con 10 años en el café la
Mariana. Seguiría por Cartagena, Barcelona, Madrid y Sevilla. A
propósito de la ciudad de la Giralda, aún se recuerda a una
cantaora que cantaba esta letra. Soy de la Peza pezeña/ de los
montes, montesina/ y para servir a Uds./ soy de Grana, granaina.
En
la sección de crítica de libros, nos atrapa Alfonso
Fernández Malo.
Poeta, escritor, jurista, político y aventurero de la vida, que cada
día nos sorprende con una innegociada personalidad que él mismo
analiza y expone con sus aportaciones surgidas de la verdad. Héroe
en contra de la sinrazón. A favor del equilibrio entre el llanto y
la alegría, del grito que nace y la muerte que determina.
También
para CANDIL, Alfonso Fernández Malo nos regala su “Libro de las
preguntas”.
En
fin, todo un compendio de análisis, para cerrar este número 161 con
un recuerdo a Rafael Valera, que fuera Director de la revista,
Presidente de la Peña Flamenca de Jaén.
¡Y
tantas cosas que nos unieron en la amistad!
Por
ello hoy, de nuevo, necesariamente, se nos exige estar aquí, para
proclamar que RAFAEL
VALERA ESPINOSA,
fue y lo será siempre, un grande en la dinastía de los sabios que
el Arte Flamenco nos dio, nos otorgó, y que yo certifico desde la
Geografía Universal y única de nuestra Andalucía.
No
hace falta, pero quizás se impone reconocer el amplio bagaje de
estudios e investigación que nuestro cabal y flamenco amigo Rafael,
ha dejado entre nosotros, como estela de brillo y luz de lo que el
cante, el toque y el baile, es y representa.
Rafael
compartió cátedra y actividad con los profesionales más
cualificados de la comunicación, flamencólogos, escritores y
poetas. Sin olvidar su relación con las figuras más representativas
del flamenco. En definitiva, el saber y la palabra de Rafael Valera
Espinosa, estuvieron presentes en todo el proceso histórico y
actual del Arte Flamenco.
Y
fuimos amigos y compañeros. Cómplices en idearios y en definir el
verso flamenco.
Rafael
me dijo y escribió una vez, “No se puede expresar con más
rotundidad el amor por el flamenco que con estas estrofas”:
Y
vengo a traer
el
verso que clama,
desde
la imagen perfecta de la duda.
Vengo
a depositar el aroma
de
un compás que repite,
cíclicamente
el
sonido de un parto que fue terrible,
hasta
hacer que naciera el grito.
Es
decir, el flamenco del pellizco, del duende, del quejío, de la
esencia jonda”. Ese flamenco que él amaba y bien conocía.
Adiós
Rafael. Desde la paz merecida, permaneces entre nosotros.
Juan
Antonio Ibáñez Jiménez
Periodista y crítico de Flamenco
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